La desertificación
es la degradación de la tierra en regiones áridas, semiáridas y subhúmedas
secas, resultante de diversos factores, incluso variaciones climáticas y
actividades humanas.
Las tres
principales causas de la desertificación son el sobrepastoreo, la deforestación
y las prácticas de una agricultura no sustentable.
Estas diversas formas
de explotación humana que sobrecarga la degradación ecológica y
perturbación socio-económica derivan de una combinación de:
- Explotación humana que sobrecarga la capacidad natural del ecosistema, y que propicia el descuido y abandono de la tierra y la migración de los pobladores.
- La inherente fragilidad ecológica del sistema de recursos de las tierras secas.
- Las condiciones climáticas adversas, en particular las sequías recurrentes graves.
La desertificación es un problema ambiental y socioeconómico de alcance mundial que exige especial atención. Es un proceso específico que se distingue de fenómenos similares, en otras zonas más húmedas del mundo, porque tiene lugar en condiciones climáticas muy duras y afectas negativamente a zonas con recursos naturales limitados de suelo, agua y vegetación. La desertificación es un elemento que influye cada vez más en la degradación ambiental del planeta y desempeña un papel importante en la contaminación del agua, el aire y el suelo, la deforestación, las pérdidas de suelo y el cambio climático.
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